LA
CONSTRUCCIÓN DEL PROBLEMA DICIEMBRE DE 2010
Algunos
problemas recurrentes para construir problemas de investigación.
El primero se relaciona con la confusión de un proyecto
de “investigación aplicada” con un proyecto de intervención. El
segundo, se refiere a quienes en la intención de sistematizar su experiencia
(objetivo obviamente muy recomendable) se proponen sistematizar toda
experiencia existente en el tema de manera abarcativa y general.
En este sentido, se
enfatizará la importancia de realizar una revisión bibliográfica relacionada
con nuestro problema, para darnos cuenta si lo que pretendemos investigar ya ha
sido abordado por otras investigaciones y, especialmente, qué hipótesis y
recomendaciones esbozan las mismas. No tendrá mucho sentido realizar una
investigación proponiendo la misma hipótesis que otros estudios han corroborado
reiteradamente. La revisión de la literatura asociada a nuestro tema y problema
será, por lo tanto, un componente esencial para proponer un proyecto que pueda
constituirse en un aporte acotado pero relevante para nosotros y para la
comunidad (académica, de funcionarios, beneficiarios, etc.) interesada en el
problema que nos ocupa.
Por otra parte,
enfatizaremos la importancia de preguntarnos por la adecuación entre los
objetivos derivados de nuestro problema de investigación y la información que
podemos obtener.
El otro tipo de
situación problemática al construir problemas de investigación para tesis se
relaciona con la confusión entre proyectos de investigación y proyectos de
intervención. Algunos profesionales se proponen construir programas de
intervención directamente aplicables, como resultado del pasaje por una
maestría. Este es, también, un propósito entendible. Una maestría en políticas
públicas debe tener una conexión con la práctica en dicho campo. Sin que esta
conexión se pierda, aquí se propone detenernos un paso antes de la aplicación
programática directa, para establecer mayores posibilidades analíticas y de
sistematización de nuestro accionar.
Lo que sugerimos en este caso es detectar estratégicamente algún tema
problemático (pregunta) que consideremos central para elaborar un mejor
programa de intervención en el futuro. Esta pregunta puede derivarse de
reflexiones relacionadas tanto de una consecuencia generada por un problema
sobre el que queremos intervenir, como sobre una causa que es vital para que
dicho problema se desarrolle.
Dicha pregunta puede haber surgido tras la revisión de literatura, a partir
de la cual observamos que este aspecto no ha sido investigado. Frente a ello,
la información cualitativa y cuantitativa (y nuestra propia experiencia) nos
indica que puede ser un tema importante sobre el cual producir conocimiento
sistemático, con el fin de mejorar la implementación y sustentabilidad de los
programas de conservación del agua en la región en la que nos desempeñamos.
La inferencia: el propósito de un diseño de investigación.
Investigar significa, principalmente, extraer inferencias a partir de
información relacionada con un problema que nos preocupa y de una teoría
relativa al mismo. Si observamos un hecho, por ejemplo un accidente de
tránsito, contaremos con una suma de sucesos observados (vidrios y chapas de
automóviles esparcidos por el terreno, presencia de ambulancia, comentarios de
transeúntes, etc.). Si concluimos que dicho accidente se debió a que uno de los
conductores estaba ebrio, eso consistirá en una inferencia realizada a partir
de los datos que obtuvimos mediante la observación y los testimonios de las personas
involucradas en el hecho. Al mismo tiempo, es posible que hayamos obtenido
“esos” datos (y no otros) a partir de una teoría que dirigió nuestra mirada
hacia ellos (por ejemplo, una teoría sobre la importancia de la conducta humana
en la producción de accidentes). En otras palabras, inferir significa conocer
(deduciendo e induciendo) una cosa a partir de otra, y por tanto, conocer
fenómenos o condiciones de existencia de los mismos.
En este sentido, es importante tener en cuenta que las supuestas diferencias
entre Ciencias Sociales y las que se han denominado como “Ciencias Duras”, han
sido tema de arduos debates epistemológicos y metodológicos. Sin embargo, a
pesar de las posibles diferencias, el diseño de la investigación científica,
tanto en uno como en otro campo, tiene como objetivo principal extraer
inferencias en base a la información que obtengamos del mundo que nos rodea. De
esta manera, extraer inferencias nos permite ir más allá de las observaciones
que hemos recogido.
En otras palabras, cuando inferimos pretendemos llegar a afirmaciones y a
nuevas preguntas que conduzcan a algo más amplio que no pudo ser observado a
simple vista. Un buen diseño de investigación debe permitirnos ir más allá de
los hechos y las opiniones sobre un tema específico (aún –y sobre todo- más
allá de nuestras propias opiniones iniciales).
Las reglas y los pasos que nos ofrece la experiencia en investigación nos
propone que las preguntas y las respuestas que presentamos con respecto a un
tema, conformen un argumento plausible de ser discutido con rigor y
exahustividad.
Por lo tanto, investigar significa generar un proceso dialógico o de
discusión. Si comenzamos una investigación sabiendo todo acerca de lo que vamos
a explorar, ¿para qué investigamos? La discusión que se inicia en un proceso de
investigación se entabla en varios niveles, a saber:
• con los datos o con la información que observamos,
• con las opiniones tanto de sentido común como elaboradas por otros
investigadores,
• con las teorías que dan visiones y explicaciones sobre los hechos que nos
interesan.
Para empezar a avanzar en la construcción de un proyecto de investigación,
aquí observaremos que lo dicho nos indica que un diseño de investigación se
construye, en primer lugar, en base a una pregunta que se realiza sobre
los hechos, tal y como han sido expuestos. Hacernos una pregunta de
investigación sobre un hecho social que nos preocupa es el primer paso para
cuestionar de manera cuidadosa y rigurosa los hechos, tal y como nos son
presentados. Pero, ¿cuándo tenemos realmente una pregunta de investigación?
¿Cuándo esta pregunta es factible de ser investigada? ¿Con quién/es y/o qué
discute esta pregunta?
Les proponemos contestar estas preguntas comenzando por realizar un
ejercicio disparador. Luego les ofrecemos una serie de conceptos y precisiones
para que ahonden y formalicen sobre estas primeras intuiciones volcadas en el
ejercicio disparador. Finalmente, un último ejercicio, permitirá integrar los
elementos trabajados a lo largo de este primer punto que hemos dado en llamar
“La Intriga”.
EJERCICIO 1 DISPARADOR
Consigna
General:
De la
manera más intuitiva posible y en base a los conocimientos de los que ya
dispone actualmente, responda la siguiente consigna y vuelque las respuestas:
Consigna 1: Haga un
listado de temas (2 ó 3) que le intriguen o le preocupen, presentándolos en
forma de pregunta. (Distinga si su pregunta empieza con un “Por qué” o con un
“Cómo” o de otra manera)
Consigna 1 Ejemplos:
¿Por qué han ascendido los actos de violencia (niños con armas) dentro de
las escuelas de educación básica en el Distrito X?
¿Por qué el mismo tipo de reforma del sistema provisional tuvo resultados
diferentes en Chile y Argentina?
¿Por qué distritos escolares similares, presentan niveles de desempeño educativo
diferentes?
¿En qué acciones programáticas concretas se han traducido las demandas de
autonomía de las comunidades indígenas en México y Guatemala?
¿Cómo han implementado transversalmente la perspectiva de género el
Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) de México, en comparación al
Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), de Chile?
¿Cuáles son las ventajas y desventajas del formato de evaluación del
programa Oportunidades, en comparación con otro tipo de evaluaciones llevadas a
cabo con programas semejantes en América Latina?
A pesar de que no somos partidarios de recetas metodológicas anquilosadas
para ubicar una pregunta de investigación, afortunadamente la experiencia
existente en el área nos ofrece algunas directrices para ser exploradas. Cada
quien encontrará que algunas son más o menos útiles que otras, dependiendo del
punto y la posición de la que parta.
Tomando como centro de nuestra exposición que la investigación es un
proceso dialógico que busca producir inferencias, proponemos las siguientes
directrices para ubicar:
• la relación de
nuestra pregunta con los datos y la teoría,
• comenzar a observar
si nuestra pregunta abre un camino de investigación descriptivo o explicativo,
• observar la
generalidad o especificidad del problema que abarca nuestra pregunta,
• observar
preliminarmente si nuestra pregunta discute opiniones o argumentos
pre-existentes (diferencia entre pregunta y acertijo), y
• observar
si tenemos en mente alguna respuesta para dicha pregunta.
Generalidad versus especificidad.
Un punto importante para ir observando con respecto a nuestras primeras
preguntas de investigación es si las mismas podrían desagregarse en otras más
específicas o a la inversa, ampliarse en otras más generales.
Vigilar que estemos formulando preguntas demasiado amplias o demasiado
específicas, permite de alguna manera que vayamos previniendo problemas de
factibilidad, esto es, dificultades para llevar a cabo realmente nuestras metas
de investigación. Que una pregunta sea general o específica no es negativo ni
positivo en si mismo. Lo importante, más bien, es observar si la generalidad o
especificidad es coherente con las observaciones de referencia con las que
relacionamos nuestra pregunta y/o con las que nos proponemos trabajar en el
futuro.
Preguntas y respuestas:
Finalmente, aquí advertiremos sobre un punto que se desarrollará más
formalmente con posterioridad pero que, sin embargo, conviene también tener en
cuenta desde el inicio. Si se plantea una pregunta, en algún momento el diseño
de investigación necesitará que adelantemos algunas posibles respuestas por
cuya validez “apostaremos”. Puede ser de utilidad saber, en una primera etapa
más intuitiva, si al plantear un problema estamos sugiriendo o teniendo en
mente una respuesta. La misma nos puede ir dando indicios acerca del tipo de
discusión queremos entablar y por lo tanto, puede ser de utilidad reconocerla
para la etapa de revisión bibliográfica sobre el tema (por ejemplo, para
averiguar si otros ya la han contemplado y qué han dicho al respecto). Pero más
importante que ello, es reconocer con qué grado de certeza sostenemos que una
respuesta, en esta etapa de la investigación, es correcta.
Esto es así, por dos razones. La primera, un alto grado de certeza puede
indicar que estamos dispuestos a discutir tenazmente nuestra respuesta para
defenderla. Esto no ocasionará problemas si estamos realmente abiertos a
equivocarnos cuando iniciemos nuestro trabajo de investigación en campo. Pero
(segunda cuestión) si nuestra certeza significa que ya sabemos todo acerca de
lo que queremos investigar, simplemente no vale la pena que iniciemos un
proceso que ya está decidido desde el inicio. Si no estamos dispuestos a poner
a prueba nuestra respuesta, revisando otras posibles, justificándola razonada y
contrastadamente con otras visiones, y más importante, si no estamos dispuestos
a aprender nuevas cuestiones en el proceso de investigación y de construcción
del proyecto mismo, investigar se transforma simplemente en una cáscara vacía
para justificar un acto de fe o de narcisismo.
Ese lugar corresponde a la sección de Hipótesis (o
Sistema de Hipótesis) y debe justificarse su elección en base al punto que
pretendemos discutir o ampliar con respecto a la literatura revisada. Todo el
diseño de investigación debe construirse para permitir que las observaciones
que recogeremos en el trabajo de campo pongan a prueba esta propuesta de
respuesta. Dado que investigar es discutir con otros y con nosotros mismos, un
proyecto de investigación debe asegurar que estarán incluidos todos los
elementos que permitan poner duramente a prueba que nuestra respuesta es
cierta. Incluir la misma en el planteo del problema es construir un atajo que
cierra este procedimiento desde el inicio.
EJERCICIO 2 – INTEGRADOR
Fecha de entrega: Primer sesión de enero de 2011.
Extensión: 1 -2 cuartillas, Word, Times New Roman, 12,
espacio 1.5
Consigna:
Retome el Ejercicio Disparador y una vez analizados
los conceptos de la sección anterior, conteste las siguientes preguntas
construyendo una matriz como la que se ejemplifica más abajo:
¿Se podrían desprender subpreguntas de las preguntas
que Ud. ha hecho? Sí (cuáles), No (es un pregunta muy específica).
¿Puede identificar de manera preliminar una/s respuesta/s a la pregunta que
le intriga? Si (¿cuáles?), No (¿tiene una idea preliminar, una “corazonada” de
la repuesta, o necesitaría explorar más para poder formularla?).
Anote el grado de certeza que usted daría a su respuesta (del 10 al 100%),
entendido éste como la medida en que la contestación dada satisface la
pregunta.
Justifique
Matriz de ejemplo:
Pregunta (s)
General (es)
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Subpreguntas desprendidas de la pregunta general
|
Respuesta(s) a la(s) pregunta(s) general(es)
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Grado de certeza
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¿Cómo se refleja la contribución universitaria, en
la equidad en la educación superior?
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¿Cómo se refleja la contribución de la Universidad
Tecnológica de San Luis Potosí, en la equidad de la educación superior del
Estado?
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Si. Identifico respuestas preliminares:
Ejemplo 1:
En el incremento de la atención a la cobertura
reflejada en la matrícula que se atiende.
Ejemplo 2:
Por las características socioeconómicas de los
alumnos que ingresar a la UTEC.
Ejemplo 3:
Por los servicios asistenciales y la forma como se
otorgan a sus alumnos.
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REFERENCIA:
Zaremberg, Gisela. Metodología I.
Maestría en Políticas Públicas Comparadas, Promoción 2010-2011. FLACSO México.
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