viernes, 25 de septiembre de 2015

LA CONSTRUCCIÓN DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN EN LA TESIS.

LA CONSTRUCCIÓN DEL PROBLEMA                           DICIEMBRE DE 2010


Algunos problemas recurrentes para construir problemas de investigación.

El primero se relaciona con la confusión de un proyecto de “investigación aplicada” con un proyecto de intervención. El segundo, se refiere a quienes en la intención de sistematizar su experiencia (objetivo obviamente muy recomendable) se proponen sistematizar toda experiencia existente en el tema de manera abarcativa y general.

En este sentido, se enfatizará la importancia de realizar una revisión bibliográfica relacionada con nuestro problema, para darnos cuenta si lo que pretendemos investigar ya ha sido abordado por otras investigaciones y, especialmente, qué hipótesis y recomendaciones esbozan las mismas. No tendrá mucho sentido realizar una investigación proponiendo la misma hipótesis que otros estudios han corroborado reiteradamente. La revisión de la literatura asociada a nuestro tema y problema será, por lo tanto, un componente esencial para proponer un proyecto que pueda constituirse en un aporte acotado pero relevante para nosotros y para la comunidad (académica, de funcionarios, beneficiarios, etc.) interesada en el problema que nos ocupa.

Por otra parte, enfatizaremos la importancia de preguntarnos por la adecuación entre los objetivos derivados de nuestro problema de investigación y la información que podemos obtener.

El otro tipo de situación problemática al construir problemas de investigación para tesis se relaciona con la confusión entre proyectos de investigación y proyectos de intervención. Algunos profesionales se proponen construir programas de intervención directamente aplicables, como resultado del pasaje por una maestría. Este es, también, un propósito entendible. Una maestría en políticas públicas debe tener una conexión con la práctica en dicho campo. Sin que esta conexión se pierda, aquí se propone detenernos un paso antes de la aplicación programática directa, para establecer mayores posibilidades analíticas y de sistematización de nuestro accionar.

Lo que sugerimos en este caso es detectar estratégicamente algún tema problemático (pregunta) que consideremos central para elaborar un mejor programa de intervención en el futuro. Esta pregunta puede derivarse de reflexiones relacionadas tanto de una consecuencia generada por un problema sobre el que queremos intervenir, como sobre una causa que es vital para que dicho problema se desarrolle.

Dicha pregunta puede haber surgido tras la revisión de literatura, a partir de la cual observamos que este aspecto no ha sido investigado. Frente a ello, la información cualitativa y cuantitativa (y nuestra propia experiencia) nos indica que puede ser un tema importante sobre el cual producir conocimiento sistemático, con el fin de mejorar la implementación y sustentabilidad de los programas de conservación del agua en la región en la que nos desempeñamos.

La inferencia: el propósito de un diseño de investigación.

Investigar significa, principalmente, extraer inferencias a partir de información relacionada con un problema que nos preocupa y de una teoría relativa al mismo. Si observamos un hecho, por ejemplo un accidente de tránsito, contaremos con una suma de sucesos observados (vidrios y chapas de automóviles esparcidos por el terreno, presencia de ambulancia, comentarios de transeúntes, etc.). Si concluimos que dicho accidente se debió a que uno de los conductores estaba ebrio, eso consistirá en una inferencia realizada a partir de los datos que obtuvimos mediante la observación y los testimonios de las personas involucradas en el hecho. Al mismo tiempo, es posible que hayamos obtenido “esos” datos (y no otros) a partir de una teoría que dirigió nuestra mirada hacia ellos (por ejemplo, una teoría sobre la importancia de la conducta humana en la producción de accidentes). En otras palabras, inferir significa conocer (deduciendo e induciendo) una cosa a partir de otra, y por tanto, conocer fenómenos o condiciones de existencia de los mismos.

En este sentido, es importante tener en cuenta que las supuestas diferencias entre Ciencias Sociales y las que se han denominado como “Ciencias Duras”, han sido tema de arduos debates epistemológicos y metodológicos. Sin embargo, a pesar de las posibles diferencias, el diseño de la investigación científica, tanto en uno como en otro campo, tiene como objetivo principal extraer inferencias en base a la información que obtengamos del mundo que nos rodea. De esta manera, extraer inferencias nos permite ir más allá de las observaciones que hemos recogido.

En otras palabras, cuando inferimos pretendemos llegar a afirmaciones y a nuevas preguntas que conduzcan a algo más amplio que no pudo ser observado a simple vista. Un buen diseño de investigación debe permitirnos ir más allá de los hechos y las opiniones sobre un tema específico (aún –y sobre todo- más allá de nuestras propias opiniones iniciales).

Las reglas y los pasos que nos ofrece la experiencia en investigación nos propone que las preguntas y las respuestas que presentamos con respecto a un tema, conformen un argumento plausible de ser discutido con rigor y exahustividad.

Por lo tanto, investigar significa generar un proceso dialógico o de discusión. Si comenzamos una investigación sabiendo todo acerca de lo que vamos a explorar, ¿para qué investigamos? La discusión que se inicia en un proceso de investigación se entabla en varios niveles, a saber:

• con los datos o con la información que observamos,
• con las opiniones tanto de sentido común como elaboradas por otros investigadores,
• con las teorías que dan visiones y explicaciones sobre los hechos que nos interesan.

Para empezar a avanzar en la construcción de un proyecto de investigación, aquí observaremos que lo dicho nos indica que un diseño de investigación se construye, en primer lugar, en base a una pregunta que se realiza sobre los hechos, tal y como han sido expuestos. Hacernos una pregunta de investigación sobre un hecho social que nos preocupa es el primer paso para cuestionar de manera cuidadosa y rigurosa los hechos, tal y como nos son presentados. Pero, ¿cuándo tenemos realmente una pregunta de investigación? ¿Cuándo esta pregunta es factible de ser investigada? ¿Con quién/es y/o qué discute esta pregunta?

Les proponemos contestar estas preguntas comenzando por realizar un ejercicio disparador. Luego les ofrecemos una serie de conceptos y precisiones para que ahonden y formalicen sobre estas primeras intuiciones volcadas en el ejercicio disparador. Finalmente, un último ejercicio, permitirá integrar los elementos trabajados a lo largo de este primer punto que hemos dado en llamar “La Intriga”.

EJERCICIO 1 DISPARADOR

Consigna General:

De la manera más intuitiva posible y en base a los conocimientos de los que ya dispone actualmente, responda la siguiente consigna y vuelque las respuestas:

Consigna 1: Haga un listado de temas (2 ó 3) que le intriguen o le preocupen, presentándolos en forma de pregunta. (Distinga si su pregunta empieza con un “Por qué” o con un “Cómo” o de otra manera)

Consigna 1 Ejemplos:

¿Por qué han ascendido los actos de violencia (niños con armas) dentro de las escuelas de educación básica en el Distrito X?

¿Por qué el mismo tipo de reforma del sistema provisional tuvo resultados diferentes en Chile y Argentina?

¿Por qué distritos escolares similares, presentan niveles de desempeño educativo diferentes?

¿En qué acciones programáticas concretas se han traducido las demandas de autonomía de las comunidades indígenas en México y Guatemala?

¿Cómo han implementado transversalmente la perspectiva de género el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) de México, en comparación al Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), de Chile?

¿Cuáles son las ventajas y desventajas del formato de evaluación del programa Oportunidades, en comparación con otro tipo de evaluaciones llevadas a cabo con programas semejantes en América Latina?

A pesar de que no somos partidarios de recetas metodológicas anquilosadas para ubicar una pregunta de investigación, afortunadamente la experiencia existente en el área nos ofrece algunas directrices para ser exploradas. Cada quien encontrará que algunas son más o menos útiles que otras, dependiendo del punto y la posición de la que parta.

Tomando como centro de nuestra exposición que la investigación es un proceso dialógico que busca producir inferencias, proponemos las siguientes directrices para ubicar:

la relación de nuestra pregunta con los datos y la teoría,
comenzar a observar si nuestra pregunta abre un camino de investigación descriptivo o explicativo,
observar la generalidad o especificidad del problema que abarca nuestra pregunta,
observar preliminarmente si nuestra pregunta discute opiniones o argumentos pre-existentes (diferencia entre pregunta y acertijo), y
observar si tenemos en mente alguna respuesta para dicha pregunta.

Generalidad versus especificidad.

Un punto importante para ir observando con respecto a nuestras primeras preguntas de investigación es si las mismas podrían desagregarse en otras más específicas o a la inversa, ampliarse en otras más generales.

Vigilar que estemos formulando preguntas demasiado amplias o demasiado específicas, permite de alguna manera que vayamos previniendo problemas de factibilidad, esto es, dificultades para llevar a cabo realmente nuestras metas de investigación. Que una pregunta sea general o específica no es negativo ni positivo en si mismo. Lo importante, más bien, es observar si la generalidad o especificidad es coherente con las observaciones de referencia con las que relacionamos nuestra pregunta y/o con las que nos proponemos trabajar en el futuro.

Preguntas y respuestas:

Finalmente, aquí advertiremos sobre un punto que se desarrollará más formalmente con posterioridad pero que, sin embargo, conviene también tener en cuenta desde el inicio. Si se plantea una pregunta, en algún momento el diseño de investigación necesitará que adelantemos algunas posibles respuestas por cuya validez “apostaremos”. Puede ser de utilidad saber, en una primera etapa más intuitiva, si al plantear un problema estamos sugiriendo o teniendo en mente una respuesta. La misma nos puede ir dando indicios acerca del tipo de discusión queremos entablar y por lo tanto, puede ser de utilidad reconocerla para la etapa de revisión bibliográfica sobre el tema (por ejemplo, para averiguar si otros ya la han contemplado y qué han dicho al respecto). Pero más importante que ello, es reconocer con qué grado de certeza sostenemos que una respuesta, en esta etapa de la investigación, es correcta.

Esto es así, por dos razones. La primera, un alto grado de certeza puede indicar que estamos dispuestos a discutir tenazmente nuestra respuesta para defenderla. Esto no ocasionará problemas si estamos realmente abiertos a equivocarnos cuando iniciemos nuestro trabajo de investigación en campo. Pero (segunda cuestión) si nuestra certeza significa que ya sabemos todo acerca de lo que queremos investigar, simplemente no vale la pena que iniciemos un proceso que ya está decidido desde el inicio. Si no estamos dispuestos a poner a prueba nuestra respuesta, revisando otras posibles, justificándola razonada y contrastadamente con otras visiones, y más importante, si no estamos dispuestos a aprender nuevas cuestiones en el proceso de investigación y de construcción del proyecto mismo, investigar se transforma simplemente en una cáscara vacía para justificar un acto de fe o de narcisismo.

Ese lugar corresponde a la sección de Hipótesis (o Sistema de Hipótesis) y debe justificarse su elección en base al punto que pretendemos discutir o ampliar con respecto a la literatura revisada. Todo el diseño de investigación debe construirse para permitir que las observaciones que recogeremos en el trabajo de campo pongan a prueba esta propuesta de respuesta. Dado que investigar es discutir con otros y con nosotros mismos, un proyecto de investigación debe asegurar que estarán incluidos todos los elementos que permitan poner duramente a prueba que nuestra respuesta es cierta. Incluir la misma en el planteo del problema es construir un atajo que cierra este procedimiento desde el inicio.

EJERCICIO 2 – INTEGRADOR

Fecha de entrega: Primer sesión de enero de 2011.
Extensión: 1 -2 cuartillas, Word, Times New Roman, 12, espacio 1.5

Consigna:
Retome el Ejercicio Disparador y una vez analizados los conceptos de la sección anterior, conteste las siguientes preguntas construyendo una matriz como la que se ejemplifica más abajo:

¿Se podrían desprender subpreguntas de las preguntas que Ud. ha hecho? Sí (cuáles), No (es un pregunta muy específica).

¿Puede identificar de manera preliminar una/s respuesta/s a la pregunta que le intriga? Si (¿cuáles?), No (¿tiene una idea preliminar, una “corazonada” de la repuesta, o necesitaría explorar más para poder formularla?).

Anote el grado de certeza que usted daría a su respuesta (del 10 al 100%), entendido éste como la medida en que la contestación dada satisface la pregunta.

Justifique

Matriz de ejemplo:
Pregunta (s)
General (es)
Subpreguntas desprendidas de la pregunta general

Respuesta(s) a la(s) pregunta(s) general(es)
Grado de certeza
¿Cómo se refleja la contribución universitaria, en la equidad en la educación superior?
¿Cómo se refleja la contribución de la Universidad Tecnológica de San Luis Potosí, en la equidad de la educación superior del Estado?
Si. Identifico respuestas preliminares:

Ejemplo 1:
En el incremento de la atención a la cobertura reflejada en la matrícula que se atiende.

Ejemplo 2:
Por las características socioeconómicas de los alumnos que ingresar a la UTEC.

Ejemplo 3:
Por los servicios asistenciales y la forma como se otorgan a sus alumnos.

No identifico otra respuesta:
Aún tengo que explorar más.








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REFERENCIA:

Zaremberg, Gisela. Metodología I. Maestría en Políticas Públicas Comparadas, Promoción 2010-2011. FLACSO México.

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